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¿Qué es la sonoterapia o terapia con sonido?Fundamentos científicos de las terapias de sonidoEl sonido y la espiritualidadMi trabajo con el sonido |
¿Qué es la sonoterapia o terapia con sonido?
Aunque el poder sanador del sonido ya está respaldado por numerosos estudios científicos, uno de los fundamentos básicos de las terapias vibracionales con sonido es la aceptación holística del ser humano; la parte material, visible o corporal, y aquellas no visibles (sutiles, energéticas) como la emocional, la mental y la espiritual.
La sonoterapia utiliza el sonido de ciertos instrumentos, dispositivos y de la voz con el fin de restablecer la armonía y la salud, promoviendo un desarrollo integral de la persona.
Rodriguez Espinilla define la sonoterapia de la siguiente manera:
“Una técnica terapeútica capaz de poner en sintonía una frecuencia vibratoria con el organismo humano. La técnica consiste en una transmisión de la información vibracional, característica del cuerpo que la origina (cuenco de cuarzo por ejemplo). La propagación de la onda sonora hace vibrar a un cuerpo en estado de reposo, y puede a su vez alterar la frecuencia de un cuerpo que vibra en sintonía diferente”
Fundamentos científicos de las terapias de sonido
Podríamos citar muchísimos estudios y experimentos científicos que fundamentan el poder sanador del sonido. A continuación menciono algunos de ellos:
Fabien Maman, uno de los expertos mundiales más destacados en el área de la sanación, a principios de los años ochenta, utilizando vibraciones sonoras realizó una serie de experimentos biológicos en la Universidad de Jussieu en París, que demostraron el impacto de los sonidos acústicos sobre las células humanas y su campo energético. Al exponer células a una serie de sonidos acústicos, Maman observó que las células cancerígenas estallaban mientras que las células sanas se activaban y fortalecían.
Poco después de esta investigación, Maman conoció al físico francés Joel Stemheimer, el descubridor de la frecuencia vibratoria de las partículas elementales. Mucho tiempo antes de la “teoría de cuerdas” (string theory), Stemheimer ya estaba haciendo la transposicion de ciertas estructuras moleculares a patrones musicales, creando la “música de las moléculas.” Al igual que Maman, -en su investigación celular-, Stemheimer descubrió que, si en una estructura orgánica había un problema, las moléculas de esa estructura no vibraban, pero si oían la cuerda de notas que reconocían como su tono, entonces comenzaban a vibrar nuevamente.
El director del Centro de Investigaciones Neuroacústicas del Instituto de Ciencias Humanas de California, el doctor y músico Jeffrey Thompson, afirma que la estimulación sonora es muy eficaz a nivel corporal y celular. El estímulo directo del tejido celular vivo, utilizando la vibración de la frecuencia del sonido, muestra un marcado metabolismo y con ello la posible movilización de una respuesta celular de curación.
El médico suizo Hans Jenny, creador de la disciplina conocida como “Cimática”, demostró los efectos de las ondas sonoras sobre la estructura y forma de muchos tipos diferentes de materiales. En el agua por ejemplo, se generaban muchas formas geométricas extraordinarias. Dado que nuestro cuerpo es en gran parte agua, esto demostraba que el sonido produciría también efectos muy significativos en nuestro cuerpo físico.
El doctor Gaynor (director del Departamento de Medicina Oncológica e Integrativa del centro Strangh-Cornell de Nueva York para la Prevención del Cáncer) asegura haber utilizado terapéuticamente con éxito el sonido obtenido con cuencos de cuarzo en cientos de pacientes. Sonido que (como explica en sus conferencias y libros) "influye en el proceso de curación de varias maneras: alterando las funciones celulares mediante efectos energéticos, haciendo que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis, calmando la mente -y con ello el cuerpo- y teniendo efectos emocionales que influyen en los neurotransmisores y los neuropéptidos que, a su vez, ayudan a regular el sistema inmunitario, al sanador que llevamos dentro."
El sonido y la espiritualidad
Los chamanes, los maestros sufíes, los místicos y los guías espirituales siempre han considerado que el sonido y la música son unos medios muy poderosos y de gran ayuda para acceder a estados de conciencia más elevados. Esto ha sido corroborado por numerosos estudios, que demuestran que a través de la música y el sonido se modifica la actividad neuronal, alterándose las frecuencias de las ondas cerebrales. A su vez, influyen en nuestros ritmos naturales, como los latidos del corazón y de la respiración. Estos cambios facilitan el acceso a estados de conciencia más elevados.
A estas mismas conclusiones llegaron los yoguis de la India después de siglos de experiencia, sin necesidad alguna de sofisticados equipos que permitieran ver que ocurría en el interior del cerebro. Observaron que el sonido era capaz por si solo de producir cambios en el estado de la consciencia humana.
Mi experiencia en mi trabajo con el sonido es que te lleva a profundos estados meditativos, te equilibra interiormente, facilitando el flujo liberador de emociones enquistadas en el interior.
Mi trabajo con el sonido
Actualmente mi trabajo con el sonido se centra en el uso de instrumentos musicales terapéuticos como los cuencos tibetanos y de cuarzo, el gong, el monocordio, flautas nativas y los diapasones terapéuticos. Utilizo también la voz, mediante el canto libre, el canto de armónicos y mantras de sanación.
Los cuencos de cristal de cuarzo constituyen una nueva dimensión dentro del mundo de la vibración y el sonido. Estos instrumentos contienen un poder que va mucho más allá de la mera musicalidad y que requiere tanto de nuestra apertura consciente para ser percibido como de la correcta disposición e intención para ser utilizado. De hecho, producen una onda sinusoidal pura y crean un sonido multidireccional que se expande hasta un kilómetro de distancia y puede durar varios minutos antes de extinguirse. Y su sonido envuelve el cuerpo como una ola proporcionando una experiencia similar a un masaje enormemente sutil o a una profunda y serena meditación.
“El sonido de los cuencos afecta de manera global al individuo. Primero equilibra su cuerpo energético y los chakras (centros de energía) y luego limpia el campo áurico. Además, la vibración repercute en la columna que actúa como vehículo de resonancia y se extiende a través del sistema nervioso a nuestras células, tejidos y órganos. Esa es la razón de que la vibración producida por los cuencos tenga la capacidad de disolver bloqueos en el cuerpo físico y sutil así como de que se utilice en casos de contracturas musculares, roturas y otros problemas óseos. La vibración de los cuencos resuena y armoniza la estructura cristalina presente también en nuestro esqueleto. Asimismo, tiene efectos positivos en casos de artrosis, problemas circulatorios, piedras en el riñón, depresiones, problemas neuronales y otras múltiples dolencias” Xavier Bellón (Artículo extraído de la revista digital – Discovery Salud)
El sonido de los cuencos tibetanos es completamente diferente al de los de cuarzo, más metálico, más débil, pero mucho más rico en armónicos. Este tipo de cuencos por su tamaño y sonido más sutil se pueden utilizar en contacto directo o muy cerca del cuerpo de la persona. Sus efectos sanadores y armonizadores también ha sido constatados por numerosos terapeutas de sonido.
El gong también se revela como un poderoso instrumento terapéutico. Cuando se toca apropiadamente, este instrumento produce un espectro entero de armonía que esta basado en presiones de ondas de sonido, que vibran en los meridianos y centros energéticos del cuerpo y los equilibra y balancea. El sonido del gong recalibra el cuerpo físico, emocional y espiritual y eleva la frecuencia del campo electromagnético (o aura). Es una excelente terapia para todos los temas relacionados con el stress, depresión, fatiga crónica, sentimientos de separación, soledad, miedo, y muchísimas otras condiciones causadas por la falta de balance y armonía en el cuerpo y en la mente, al tener un efecto revitalizante sobre el sistema inmune y nervioso.
En mi trabajo combino a veces el uso de los cuencos, gong y flautas con el de la voz. La voz es un poderoso instrumento mediante el cual podemos canalizar intención de sanación desde un estado meditativo y de armonía. La intención es fundamental en el trabajo con sonido y aunque esto no es demostrable científicamente numerosos terapeutas de sonido, al igual que yo mismo, así lo hemos experimentado.